Vilnius

Vilnius ha acelerado enormemente en su apertura a Occidente desde la independencia de la URSS. El ambiento jovial, el carácter bohemio y lejano a los corsés soviéticos. Esta apertura se palpa en la capital lituana, donde abundan pubs, restaurantes , cafés modernos y vanguardistas y una vida cultural intensa. A diferencia de otras ciudades que han sufrido este repentino cambio, no ha supuesto un rechazo y abandono de las tradiciones y las raíces, lo que ha creado una mezcla del todo curiosa.

Vilnius, Patrimonio Unesco de la Humanidad
Vilnius, Patrimonio Unesco de la Humanidad

Más de medio millón de habitantes viven en Vilnius, siendo la ciudad más poblada de Lituania, centro político y económico, pero también un hub tecnológico donde emprendedores nacionales e internacionales están apostando fuerte por desarrollar este polo , donde por ejemplo cada año se celebra el Litexpo, la feria de libros más relevante de de los países Bálticos. En 2009 compartió la capitalidad de la cultura de Europa junto a la ciudad austriaca de Linz.

Quienes quieran conocer, comprender y apreciar Vilnius tendrán que quedarse más de un fin de semana ya que la ciudad se presta a pasear y disfrutarla con calma. El casco antiguo está declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco siendo el centro histórico barroco más grande de Europa del Este.

Además de los bellos edificios Vilnius es una capital verde e impoluta, con un gran número de parques y espacios verdes, con colinas que permiten ver la alfombra de tejados rojizos entre los que destacan las torres de las iglesias.

Historia de Vilnius

Aunque cartas manuscritas del rey Gediminas ya atestiguan la existencia de Vilna en 1323, los restos arqueológicos han permitido constatar la presencia de tribus bálticas -como fundadores del asentamiento- y eslavas mucho antes, e incluso germánicas y judías a partir del siglo XI. En 1387 el rey de Polonia y gran duque de Lituania Vladislao II le otorgó el título de ciudad con los beneficios fiscales de vasallaje pertinentes, lo que permitió que se desarrollara como nudo comercial, atrayendo a comunidades muy variadas de artesanos y mercaderes.

Para el inicio del siglo XVI Vilnius contaba con muros fortificando su perímetro, y la importancia aumentó con establecimiento de la corte del rey Segismundo II de Polonia en 1544.  Apenas treinta años después, en 1579  Esteban I de Polonia y un grupo de jesuitas españoles funda la Universidad de Vilna en 1579, que se convertirá en la más importancia de los países bálticos. En este contexto se creo una mezcla intercultural muy amplia con lituanos, bielorrusos, germanos, polacos, judíos, rusos, alemanes, ucranianos e incluso tártaros.

En 1655 el crecimiento se vio frenado por la invasión de la República de las Dos Naciones, cuando los rusos ocuparon y saquearon Vilnius, provocando una huida masiva al campo. Durante más de un siglo la ciudad mantuvo un perfil bajo, hasta que en el siglo XIX se produjo un renacimiento comercial auspiciado por las comunidades polacas y judías de Vilnius.

En 1795 la desmembración del reino de Polonia supuso que Lituana pasara a manos de Rusia, y aunque durante la campaña napoleónica Vilnius tuvo un periodo de alivio, la retirada del ejército del general corso significó de nuevo el dominio ruso de Lituania. Durante el siglo XIX hubo revueltas populares contra el cierre de la universidad, reprimidas con virulencia e imponiendo la prohibición de la lengua polaca y lituana, en pos del uso oficial del ruso.

El siglo XIX no aclaró nada ya que Vilnius y Lituania fueron ocupadas por los alemanes en la primera Guerra Mundial, recuperada por los bolcheviques tras la revolución rusa y de nuevo quedó en un tira y afloja entre polacos y lituanos pugnando por la ciudad. El conflicto entre ambos significó que los polacos se quedaron con el control de Vilnius, trasladándose la capital lituana a Kaunas. Bajo el dominio polaco la ciudad floreció con mejoras notables en inversiones de infraestructuras, y la presencia judía en la ciudad hizo que se la conociera como la «Jerusalén del Norte».

En este contexto se llega a 1939, cuando el acuerdo entre Berlín y Moscú de Molotov-Ribbentrop significó la invasión de Polonia por el ejército soviético y por extensión de la ciudad de Vilnius anexionada a Polonia. Rusia, interesada en consolidar el comunismo en Lituania le cedió Vilnius, pero un años después comenzaron las persecuciones y purgas comunistas, enviando a parte de la población de Vilnius a los gulags.

En 1941 Alemania atacó la Unión Soviética y Lituania pasa de nuevo a estar bajo el control de los nazis, recibidos como salvadores ante la ocupación soviética, que sin embargo emprenden el exterminio de los judíos, visto con buenos ojos por parte de la comunidad de lituanos étnicos (vinculados a la agricultura y recelosos del poder acumulado por los judíos lituanos de Vilnius).  Cerca del 95 % de población judía de la ciudad fue asesinada, muchos en Panerai, a escasos 10 km de Vilnius.

Qué ver en Vilnius  – Turismo en la ciudad

El gran «bosque» barroco de Vilnius lo forman palacios, edificios civiles y hasta 65 iglesias que suman un patrimonio de millar y medio de lugares de interés arquitectónico e histórico, no solo barrocos, si no renacentistas y góticos como la iglesia de Santa Ana.

Catedral de Vilnius
Catedral de Vilnius

La Plaza de la Catedral capta la atención nada más llegar. La Catedral neoclásica de San Estanislao y San Vladislav tiene como compañero de batallas la Torre de la Campana, que funciona como «campanario» independiente del edificio religioso. En la Plaza de la Catedral un extraño azulejo hace que los transeúntes se paren.  La palabra «stebuklas » (milagro) sirve de recuerdo de la cadena humana organizada de forma pacífica en 1989 entre Tallin y Vilna, para protestar por la ocupación soviética en Lituania. Siete meses después Lituania conseguía su independencia y el azulejo sirve de recuerdo. Dicen que para obtener suerte hay que girar alrededor en dirección contraria a las horas del reloj y pedir un deseo.

Inmediatamente detrás está el Palacio de los Grandes Duques de Lituania y su lado la la estatua del Gran Duque Gediminas, gobernante medieval del Gran Ducado de Lituania, al que se le atribuyen entre otras cosas la fundación de Vilnius. A unos pasos hacia el norte con dirección al río  el Museo Nacional de Lituania es un compendio histórico de la cronología de la región lituana, especialmente del Gran Ducado.

Mapa de monumentos para ver en Vilnius
Mapa de monumentos para ver en Vilnius

Por contra, si tomamos el lado opuesto llegaremos a la Universidad, creada en 1579 y el edificio del Palacio Presidencial. El conjunto arquitectónico barroco de la catedral es admirable, con varios edificios en torno a patios donde el blanco predomina como tono cromático. Uno de ellos es la iglesia de San Juan Bautista, actual biblioteca de la Universidad. El campus también cuenta con un jardín botánico.

La universidad tiene a la avenida Pilies a su lado, siendo una de las arterias sociales de Vilnius. Sus cafés, tiendas y restaurantes son parada en los paseos habituales que van desde la catedral hacia la Puerta del Amanecer, la única de las varias puertas de acceso que conformaban la muralla.

Cerca de la Universidad se halla el Palacio Presidencial, antigua residencia de los obispos de Vilnius, que pasó a ser la casa del gobernador de Lituania durante el pasado soviético.  Huéspedes del Palacio presidencial fueron el zar Alejandro I, el rey francés Luis XVIII y el emperador Napoleón Bonaparte.

Haciendo de enlace entre el área de la universidad y el barrio de Uzupis está una de las calles más famosas de Vilnius, Literatu (Literatų gatvė). Se piensa que Literatai recibe en honor al poeta Adam Mickiewicz que vivió aquí. Tres placas en lituano, ruso y polaco indican la casa en cuestión. En 2008 un grupo de artistas emprendió un proyecto de recuperación decorándola con menciones literarias en sus muros.

La República de Užupis

Užupis es una isla dentro de una isla, mejor dicho una república dentro de una república. O al menos eso pretende la declaración de independencia del barrio más bohemio de Vilnius. Merece la pena contextualizar Užupis más allá de la broma. El nombre de Užupis  significa en lituano «el otro lado del río», en este caso del río Vilnia que separa algunos barrios de la ciudad.

El barrio de Užupis había sido y sigue siendo un enclave donde numerosos artistas se asentaron para desarrollar su actividad en talleres o simplemente vivir. Este pequeño Montmartre donde en época medieval se asentaron especialmente las comunidades judías quedó desolado con el traslado y genocidio de sus habitantes, asesinados en los campos de concentración nazis. Después de la segunda guerra mundial muchas casas quedaron vacías, abandonadas y reocupadas por gente sin recursos, favoreciendo la proliferación de la delincuencia y la prostitución.

El 1°de Abril de 1997 (no es casualidad ya que el primer día de abril es una especia de Día de los Inocentes en el mundo anglosajón), Užupis se declaró república independiente, con su propia constitución, bandera, ejército (que nunca ha pasado de veinte personas y con carácter simbólico), himno y presidente, como una forma de protesta casi sarcástica y crítica.

Constitución de la República de Uzupis
Constitución de la República de Uzupis en Vilnius

La constitución tiene como principal lema que «Las personas tienen derecho a no tener derechos» y si repasamos algunos de los derechos podemos captar el sentido de esta «micronación». Algunos de sus más de 40 articulos de la constitución van desde lo reivindicativo «Todos tienen derecho a agua caliente, a la calefacción en el invierno y a un tejado» a lo histriónico: «Todos tienen derecho a ser perezosos y a no hacer nada», «Un perro tiene derecho a ser un perro», y donde se conjugan la defensa de los animales, el derecho a morir dignamente o al de tener libertades en el sentido más amplio.

La escultura del Ángel de Užupis tocando un cuerno, situado en la plaza principal del barrio simboliza para los ciudadanos de Vilnius la libertad artística, creativa, pero también la individual de los librepensadores.

Actualmente Užupis sigue con su sentido más auténtico de la promoción de la cultura y las artes, atrayendo no solo a turistas, si no a intelectuales de todo el mundo que pasan por el barrio para apoyar sus iniciativas.

Volviendo a cruzar el río por el puente cercano a la plaza Tibeto se llega a la dupla de iglesias de Santa Ana y  San Bernardino (San francisco de Asís), seguramente los mejores ejemplos de barroco religioso de Vilnius. Adosadas, ambas iglesias parecen una, y aunque el estilo de los edificios tiene sus particularidades, el ladrillo rojizo juega a unir sus tonalidades.

Si salimos del centro histórico la avenida Gedimino prospektas nos conduce a una sucesión de parques, con parada en ell Teatro Nacional, el Parlamento lituano o el edificio de Correos. Un buen momento para una parada en Gedimino y saciar el hambre es a la altura de la calle Vilniaus gatve, donde está la curiosa escultura de Lucky belly, que dicen los lugareños que da suerte tocar la barriga que asoma de la pared. En esta calle hay varios restaurantes y cafeterías.

Monumento a Frank Zappa

Aunque parezca cuando menos extraño que el músico y guitarrista Frank Zappa tenga una escultura en Vilnius, todo se entiende como un homenaje a uno de los padres de la música moderna, con composiciones ecléticas que van desde el rock psicodélico al jazz vanguardista y la música electrónica, y por tanto a la libertad musical, algo que en Lituania es motivo de alabanza. La escultura de Zappa es obra de Konstantinas Bogdanas, quién la diseñó en 1996 y se colocó en el distrito de Naujamiestis

Junto a teatros, galerías y salas de conciertos, los museos de Vilnius constituyen un claro ejemplo de ese carácter intelectual de sus habitantes. Además del Museo Nacional otros museos interesantes son la Galería Nacional de Arte y su exhibición permanente de arte lituano del siglo XX. El Museo del Ámbar con exhibiciones temáticas en torno al material que abunda en la costa báltica de Lituania.

Especial importancia tiene el Museo de las víctimas del genocidio ( KGB). Se situa en la antigua sede de la Gestapo durante la ocupación nazi de Lituania en 1941, que más tarde fue reocupado por la Policía Secreta soviética, la KGB hasta 1991 y la independencia de Lituania. Aquí se llevaron a cabo detenciones, interrogatorios, torturas y ordenes de deportación de lituanos a Siberia. Si aún contamos con tiempo el Museo del Juguete, el de la Energía y la Tecnología, o el de las ilusiones son otros museos a visitar en Vilnius.

Gueto judío

Vilnius se convirtió en un gueto judío durante la ocupación del ejercito nazi en la segunda guerra mundial. En realidad había dos, el  Pequeño Gueto donde se concentraba a los judíos que se llevaron al campo de exterminio de Paneriai, y el Gran Gueto donde vivían los judíos dedicados a los trabajos forzados. en varios lugares como la calle Rudininku gatve podemos ver placas que honrar su persecución. La Sinagoga Coral es la única que sobrevivió la barbarie y hoy sigue en funcionamiento.

Además del Vilnius más conocido y turístico sigue habiendo rincones donde sus habitantes se mueven ajenos a los viajeros. Uno de ellos es el mercado cubierto de Hales, en el interior de un  hermoso edificio histórico, inaugurado en 1906, y donde sus vendedores nos enseñarán sus productos típicos como la carne ahumada, el pescado fresco llegado de la costa báltica y verduras fresquísimas. Y otro de esos mercados donde podemos profundizar en los productos lituanos es el de Tymo Turgus, cerca de la Repúplica de Uzupis.

Qué hacer en Vilnius – Actividades

La capital lituana puede ofrecer actividades para todos los gustos. Además de los clásicos tours guiados por Vilnius para conocer las razones que le llevaron a convertirse en patrimonio de la Humanidad, hay propuestas variadas que atraen a los amantes del Street Art y los grafitis más subversivos de las Repúblicas Bálticas, a itinerarios que nos permiten conocer las cervezas artesanas lituanas, o a…

Con el auge de la cerveza artesanal Lituania también saca pecho y en lugares como la cervecería Alaus Namai podemos probar cervezas como la Švyturys de Klaipeda.

Las colinas que envuelven Vilnius funcionan como miradores que nos proporcionan vistas panorámicas de la ciudad. Uno muy cercano al centro es el de la torre de Gediminas, domina la ciudad justo por encima de la Plaza de la Catedral. La torre es lo único que queda de uno de los castillos defensivos de Vilnius.

Globos aerostáticos sobre Vilnius
Globos aerostáticos sobre Vilnius

Si aún queremos tener otra perspectiva de Vilnius, es recomendable el camino que conduce a las Tres Cruces (Trys kryžiai), el monumento que recuerda la muerte de siete franciscanos que trataban de evangelizar a los lituanos. diseñado por el arquitecto polaco-lituano Antoni Wiwulski en 1916, derruido posteriormente en 1950 durante la integración de Lituania en la URSS y hoy de nuevo presente gracias a la obra de Henrikas Silgalis de 1989. Debajo de la colina junto al río, hacia el barrio Antakalnis está la Iglesia de San Pedro y San Pablo, del siglo XVII y en cuyo interior las más de dos mil figuras aturden.

Las vistas desde las Tres Cruces al atardecer son memorables, más si coinciden con el vuelo de los globos aerostáticos que es una de las actividades preferidas en las afueras de Vilnius. Otros optan por el mirador del Skybar en la azotea del Hotel Radisson BLU para amenizar las vistas con una copa, o por la Torre de televisión de Vilna, espigado skyline con 326,5 metros y el récord de ser el edificio más alto de Lituania.

Una ruta algo más alternativa nos conduce a la parte norte de Vilnius, al barrio de Šnipiškės donde se conservan buenos ejemplos de como era la arquitectura de madera de Vilnius de los siglos XIX-XX.

A las afueras de Vilnius está el parque Liepkalnis, lugar donde podemos dedicar todo un día a disfrutar en familia con los niños con sus tirolinas y atracciones.

¿Cómo llegar a Vilnius?

Wizzair, Ryanair son dos de las aerolíneas lowcost que tienen vuelos al aeropuerto de Vilnius, que es una de las puertas de entrada al gran tour que sirve para que los viajeros recorran las tres Repúblicas bálticas, intercalando Lituania con Letonia y Estonia. Airbaltic también tiene vuelos con numerosas ciudades europeas.

Tours y excursiones organizadas en Vilnius

En Vilnius hay guías que ofrecen tours por la ciudad en español, además de excursiones a otros puntos de interés de Lituania como la Colina de las Cruces, Kaunas o el castillo de Trakai.

Oficinas de turismo en Vilnius

En el centro de la ciudad de Vilnius hay varias oficinas de turismo donde podemos obtener información, mapas y sugerencias de rutas para descubrir la capital de Lituania. Estas son las direcciones donde las podemos encontrar:

PILIES G. 2
+370 5 262 9660
Pilies g. 2, LT-01124 Vilnius
I–VII 9.00–12.00, 13.00–18.00
tic@vilnius.lt

DIDŽIOJI G. 31
+370 5 262 6470
Didžioji g. 31, LT-01128 Vilnius
I–VII 9.00–13.00, 14.00–18.00
tic@vilnius.lt

RODŪNIOS KELIAS 2-1
+370 5 230 6841
Rodūnios kelias 2-1, LT-02189
I–VII 10-13:30, 14:30-20:00
tic@vilnius.lt