Palanga situada en la costa de Lituania es una de las principales poblaciones veraniegas junto a Klaipeda al sur, junto al istmo de Curonia. Conocida como la «capital de verano», la pequeña ciudad de 16 000 habitantes se convierte en un hervidero con decenas de miles de personas que acuden para disfrutar de las agradables temperaturas. La costa lituana es famosa por sus playas de hermosa arena blanca y dunas, que no se encuentran en ningún otro lugar de la costa del Mar Báltico.
Palanga cuenta con una gran variedad de pubs, cafés, restaurantes, discotecas, bares, clubes nocturnos y casinos. El turismo que llega busca tanto el relax como vacaciones activas con actividades de rutas en bicicleta, paseos a caballo, tenis, o senderismo. El Parque Regional de Palanga, que se extiende un poco hacia el sur en dirección a Klaipėda, atrae a los visitantes con su naturaleza virgen.
Historia
No lejos de Šventoji, los arqueólogos descubrieron un campamento que indica que el área estaba habitada hace unos 5.000 años. Entre los siglos X y XIII, Palanga fue uno de los principales asentamientos de la Tierra de Mēguva, habitada por los curonios. Según la leyenda local, había un santuario pagano al pie de la colina de Birute (dentro del parque del palacio Tiskeviciai) lugar de ritos ceremoniales de la sacerdotisa Birutë. Encandilado por su belleza el Gran Duque de Lituania la secuestró y se la llevó a la fuerza a su castillo de Trakai para desposarla. Birutë que había jurado permanecer virgen rezó a sus dioses y tras el asesinato de Kęstutis pudo volver a Palanga.
Originalmente un pueblo de pescadores, Palanga apareció por primera vez en fuentes escritas en el siglo XII, cuando en 1161 cuando el rey Valdemar I de Dinamarca desembarcó allí con su ejército y doblegó a los curonianos. Famosa por la recolección y exportación de ámbar a diferentes partes de Europa y Asia a través de rutas de comercio, Palanga consiguió frenar el avance de los Caballeros Teutónicos que se hicieron con Klaipeda (Mamelburg). Con el tratado de Melno, en 1422, Palanga y Šventoji permanecieron bajo control lituano, desarrollándose como puertos comerciales con Inglaterra. en el siglo XVII. La posterior guerra con el imperio sueco significó un revés comercial, y en 1795 pasó a manos del Imperio ruso.
Durante siglos permaneció sin grandes acontecimientos hasta que en el siglo XIX, Palanga comenzó a convertirse en un centro de salud gracias al empeño de la dinastía del Conde Tiškevičius (Tyszkiewicz). Establecidos en Palanga construyeron la villa y los jardines que hoy admiramos, y promovieron otros edificios como una nueva iglesia y el muelle marítimo. Palanga se convirtió en un centro turístico a finales del siglo XIX cuando el conde Feliksas Tiškevčius, propietario de vastas tierras alrededor del pueblo pesquero, promovió la zona como residencia estival de la gente adinerada. En esa época se construyeron suntuosas villas de madera con nombres sugerentes como Romeo, Džuljeta (Julieta) y Ramybė (Paz). Una de las más bellas es la llamada Anapilis, hoy museo de las vacaciones de Palanga. También encargó la construcción del palacio neo-renacentista Tiškevičiai, a manos del famoso arquitecto alemán Franz Schwechten en 1897. El arquitecto francés del paisaje. Édouard André diseñó un gran parque alrededor del palacio, entre 1897 y 1907. El palacio se convirtió en un lugar de reunión favorito para conciertos. Entre los buenos amigos y asociados de Feliks Tyszkiewicz estaba el notario, Jonas Kentra.
Durante el período de censura de la prensa por parte del régimen zarista ruso, la ruta de contrabando de libros entraba por Palanga. De hecho la primera obra nacional en Lituania, «Amerika pirtyje» (América en el baño) de A. Keturakis, se escribió en Palanga en 1899. En 1919, después de la disolución del Imperio ruso, Palanga se convirtió en parte de Letonia, y en 1921, la ciudad fue transferida pacíficamente a Lituania siguiendo un tratado lituano-letón. Durante la segunda guerra mundial cientos de judíos locales fueron ejecutados en el Bosque de Palanga.
Para los lituanos Palanga es sinónimo de verano, ocio y vacaciones. Los 18 km de playas continuadas con sus dunas la convierten en uno de los centros turísticos más importantes de Lituania y de todo el mar Báltico. El número destacado de balnearios y de opciones de actividades en verano atraen a muchos ciudadanos de Vilnius y Kaunas, además de turistas extranjeros, especialmente de Alemania, Polonia, Suecia, Dinamarca y Rusia.
Como sucede con muchas zonas de veraneo internacional, como Playa del Carmen en México, o Salou en España, Palanga suscita un sentimiento bipolar. Por un lado la animación de sus calles -por ejemplo Basanavičiaus con música al aire libre-, el ambiente cafeterías, restaurantes y bares, y las tiendas de souvenirs con un estilo kitsch son el paraíso para el concepto de vacaciones de los lituanos, mientras que para el que busca tranquilidad, la marabunta de gente puede resultar tediosa en los meses de julio y agosto.
Qué ver en Palanga
El centro de Palanga se articula a lo largo de la calle Basanavičiaus, casi paralelo a un pequeño río llamado Rlyžė o Ronžė que funde sus aguas en el mar Báltico. En esta avenida se construyeron la mayoría de las villas, en terrenos vendidos por la familia Tiškevičius. En la calle Basanavičiaus podemos pasear observando algunas de esas villas como Jūros Akis (Ojo del mar), construida en 1898. Otras están dispersas por la ciudad. La intersección de Basanavičiaus con Vytauto donde se encuentra el primer hotel de Palanga, el Kurhauzas de Palanga (1877) es hoy una sala de conciertos y eventos culturales llamada Palangos kurhauzo salė.
Al norte del río Rlyžė las casas son bajas y no superan la altura del campanario de la iglesia de la Asunción de la Virgen María (Palangos Švč. Mergelės Marijos Ėmimo į dangų bažnyčia). El incendio de 1938 dañó bastante el área y fue reconstruida por los soviéticos después de la guerra. Frente a la iglesia convive una de las pocas esculturas de época comunista, con otra del partisano local Jonas Žemaitis.
Puente de Palanga
El llamado “Puente del Mar” de 470 m de longitud de Palanga (al final de la calle Basanavičiaus) es un gran lugar ideal para observar la furia de las tormentas o las espectaculares puestas de sol en el mar.
Playas de Palanga
Las peculiares dunas de la extensa playa de Palanga son perfectas para protegerse del viento y tomar el sol. Cada viajero tiene un espacio o playa adecuada, desde las habituales para familias con niños o las nudistas (segregadas entre hombres y mujeres) en la parte más norte. De hecho ya antes de que se inventara el nudismo «moderno» la gente se bañaba desnuda a principios del siglo XX. Afortunadamente no hay grandes edificaciones en la costa de playas, protegida por una zona de bosques de pinos con senderos y la avenida Meilės alėja es perfecta para pasear o dar una vuelta en bicicleta.
Jardín Botánico del Palacio Tiskeviciai
El Palacio Tiskeviciai (o Tishkevich) es el monumento más importante de Palanga, rodeado de plantas exóticas que constituyen el jardín botánico. En el interior del palacio neorrenacentista está el museo del ámbar, el más grande de las repúblicas bálticas y uno de los más importantes del mundo. El palacio fue diseñado por el arquitecto alemán Franz Schwechten y se restauró en 1957 según los planos del arquitecto Alfredas Brusokas. El Museo del Ámbar fue inaugurado en 1963 como una subsede del Museo Lituano de Bellas Artes. Actualmente, el museo incluye 15 salas con exposiciones de los de 28 000 objetos del fondo museístico.
La frondosidad de los jardines, paralelos al mar, sirve de oasis para el calor con sus 100 hectáreas de espacios verdes. El parque fue diseñado por el famoso arquitecto paisajista y botánico francés Eduard Fransua Andre (1840-1911), quien pasó tres veranos en Palanga con su hijo Rene Eduard Andre (1867-1942) supervisando la construcción del parque. Fueron asistidos por el jardinero belga Buyssen de Coulon. El paseo por los jardines sirve para desprenderse del ruido y jolgorio de Palanga, disfrutando de su calma, sus pequeños caminos entre árboles, esculturas y plantas.
A unos pasos del palacio está la colina de Birutė, antiguo emplazamiento de un santuario precristiano que luego fue sustituido en 1869 por una pequeña capilla de estilo gótico obra del arquitecto K. Majeris. La capilla actual reemplazó una cruz y una capilla de madera en honor de San Jurgis. Birutė es según la leyenda local el nombre de la mujer del duque Kęstutis, y sacerdotisa (vaidilutė) de los cultos previos a la llegada del cristianismo.
Museos
Además del citado museo del ámbar, Palanga tiene varios museos. Por un lado el del escultor modernista Antanas Mončys (1921-1999), cuyas esculturas se construyen a partir de una sola pieza de madera. El artista quería que fuesen interactivas y por eso los invidentes pueden tocarlas. Sufrió el exilio debido a la ocupación soviética, pero donó sus obras a Palanga después de la independencia de Lituania. Otros museos son el del Exilio y la resistencia
Fuera de la temporada alta (de junio a agosto), algunos de los restaurantes y clubes cierran, pero Palanga mantiene la vida ya que otros muchos permanecen abiertos ofreciendo una alternativa de viaje más tranquilo.
Villa Anapilis
La villa Anapilis es uno de los mejores ejemplos de las residencias de veraneo construidas a finales del siglo XIX. Los historiadores creen 1898 si bien no hay planos ni fecha exacta sobre su finalización. Guarda una semejanza con las casas alpinas de Suiza, con tejados apuntados, porches y galerías abiertas. La primera dueña fue la condesa Sophie Tiskeviciene, la madre del último conde de Palanga, Feliksas Tiškevičius, por lo que durante mucho tiempo fue conocida como villa Sofía (o Zophia). Tras heredarla Mary Tiskeviciute acabó en manos del banco Ūkio bankas al finalizar la primera guerra mundial. Durante la ocupación soviética, la villa fue nacionalizada, y con la independencia pasóa convertirse en Centro Cultural de Palanga.
Otros lugares
El cementerio etnográfico de Anaičiai alberga una colección de tumbas del siglo XIX y principios del XX. En el Jardín de esculturas, se pueden encontrar 28 estatuas de arte contemporáneo de artistas de Armenia, Estonia, Letonia, Lituania y Ucrania.
Para los niños una de las actividades preferidas es el parque de atracciones (Palangos vasaros parkas), junto al Museo de los Perros (ŠUNŲ MUZIEJUS) centrado en pequeñas esculturas del mejor amigo del ser humano.
Apenas 25 kilómetros separan Klaipeda de Palanga, lo que permite llevar a cabo excursiones de un día para conocer la ciudad y cruzar en ferry al istmo, patrimonio de la Humanidad.
Fiestas y eventos en Palanga
La mayor parte de las fiestas y eventos de Palanga suceden de mayo a septiembre, con eventos como la carrera de coches clásicos y deportivos en julio. También hay un festival aéreo para deleite de grandes y pequeños, mientras que en invierno es habitual ver focas monjes en las playas de Palanga. En febrero el carnaval de la calle Jonas Basanavičius es celebrado por los locales como anticipo de la llegada de la primavera.
Hoteles y alojamiento en Palanga
En su condición de lugar de vacaciones Palanga tiene bastantes opciones turísticas, con hoteles, apartamentos y B&B, además de pensiones y casas particulares al estilo Airbnb que ofrecen donde dormir.
Actividades y tours para hacer en Palanga
Cómo llegar y Transporte en Palanga
Palanga tiene un pequeño aeropuerto al norte de la ciudad, aunque no hay vuelos directos con España ofrece vuelos a Escandinavia, Alemania, Reino Unido, Polonia y a Riga en Letonia. El aeropuerto está ubicado entre Palanga y Šventoji.
La mejor manera de llegar es en coche de alquiler desde cualquiera de las tres ciudades más grandes de Lituania (Vilnius, Kaunas y Klaipėda). Los autobuses son frecuentes (cada 15 – 30 min) para ir desde o hasta con Klaipėda (26 km al sur), Šventoji (12 km al norte) y Kretinga (11 km al este). La estación de tren más cercana está en Kretinga pero el ferrocarril no es la mejor opción para moverse en Lituania.
Oficina de turismo de Palanga
La oficina de turismo (Palangos turizmo informacijos centras) se encuentra en la calle Vytauto g. 94, y ofrece mapas, folletos e información sobre qué ver y hacer durante las vacaciones o el viaje a la ciudad de Palanga.