Colina de las Cruces – Kryžių kalnas

A unos 11 km de la ciudad de Siauliai, en el norte de Lituania, se alza un viejo montículo de tierra que soporta el peso de decenas de miles de cruces. Cuando sopla el viento los rosarios ornamentados y las campanas tintinean contra metal, y los crucifijos de madera atraen a creyentes, turistas y curiosos.

Colonia de las Cruces en Lituania
Colonia de las Cruces en Lituania

Conocida como la Colina de las Cruces (en lituano Kryžių kalnas), la historia del montículo es un libro abierto con una narración de guerras y alzamientos. Leyendas antiguas, misteriosas visiones y relatos inquietantes rodean la colina, y sus orígenes siguen siendo un misterio aún hoy en día. La colonia de las cruces se ha convertido en una mezcla de símbolo patriótico, religioso y político, en una fusión que ha convertido la «montaña» de cruces en una meta de peregrinaje en Lituania.

Las leyendas de la Colina de las Cruces

La colina de las cruces está rodeada por supuesto de leyendas de fantasmas, milagros y actos heroicos de exaltación patriótica. La tradición oral cuenta que en la colina hubo una iglesia y que un rayo destruyó el templo, enterrando a todos los feligreses bajo los escombros. Sus espíritus cuenta la leyenda vagan al amanecer en procesión.

Otra leyenda cuenta que a principios del siglo XIV, se erigía sobre la colina servía un castillo de madera utilizado por los barones paganos de Samogitia, integrados en el antiguo Gran Ducado de Lituania. En 1348, el castillo fue destruido por la Orden de los Hermanos de la Espada, monjes guerreros teutones, que trataban de cristianizar el territorio de Livonia (lo que ahora es Letonia y Estonia). Los samogitianos que sobrevivieron a la batalla apilaron los cuerpos de los monjes muertos y los enterraron, formando así el montículo. Al igual que con los monjes de la iglesia sepultada de la anterior leyenda, las almas de los guerreros paganos siguen acechando la colina por la noche.

Sin embargo, la leyenda más famosa de la creación de la colina es la historia de un padre desesperado cuya hija de repente cayó gravemente enferma. Cuando la niña yacía en su lecho de muerte, el padre tuvo una visión de una mujer que le dijo que hiciera una cruz de madera y la colocara en una colina cercana; si lo hacía, su hija se recuperaría. Por la mañana, el hombre desesperado talló a toda prisa una cruz de madera y corrió hacia la colina. Cuando regresó a casa, su hija lo saludó en la entrada totalmente recuperada. Desde entonces, las personas creyentes que acuden a la colina, depositan su propia cruz como homenaje votivo para que sus reces sean atendidos.

Sin embargo, no todas las cruces han sido dejadas por un peregrino, algunas son un recordatorio de una rebelión silenciosa. Después de sobrevivir a los asedios medievales por los invasores cruzados alemanes, en el siglo XIX se produjeron varios los levantamientos contra el zar ruso Alejandro II. No fructificaron y fueron como siempre en estos casos represaliados con fuerza. Como las familias de los fallecidos no podían localizar cuerpos de rebeldes muertos, comenzaron a colocar cruces simbólicos en lugar de un antiguo fuerte de la colina.

Colina de las cruces en Lituania
Colina de las cruces en Lituania

Más adelante, pasada la segunda Guerra Mundial y con el territorio lituano integrado en la URSS, en un esfuerzo por acabar con el cristianismo en el bloque oriental, el gobierno soviético intentó nivelar el cerro en numerosas ocasiones. Durante las décadas de los años 60 y 70 lo arrasaron con la excavadora, quemaron las cruces de madera y quitaron las de metal y piedra para utilizarlas como chatarra.  Las de hormigón y piedra se trituraron con trituradoras y se usaron para la construcción de carreteras. Las personas que depositaban cruces en la colina fueron multadas o incluso encarceladas.

Sin embargo las cruces en el montículo seguían multiplicándose, colocadas en la oscuridad de la noche como un acto de desafío contra la opresión religiosa.

En los años transcurridos desde entonces, el sitio se ha convertido en un centro de peregrinaje, no solo de la religión católica, si no en general de todas las religiones, con personas que a nivel particular dejan inscripciones judías y palabras del Corán.

Escalera que sube a o alto de la colina de las cruces
Escalera que sube a o alto de la colina de las cruces

Un hecho popularizó a nivel internacional la Colina de las Cruces.  El 7 de septiembre de 1993 el Papa Juan Pablo II visitó el lugar y celebró una Misa en la colina.

Por otro lado el arte de hacer cruces es una de las artesanías lituanas más singulares, incluida en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO. Las cruces lituanas tradicionales son obras maestras únicas de la arquitectura, la orfebrería, la escultura y la pintura.

A principios del siglo XIX el número de cruces estaba en torno a nueve mil, un siglo después en 1900 solo había 130, en 1922 había subido a 400 y tras la independencia el número de disparó en 1990 hasta las 55 mil y en 2006 sobrepasando las cien mil.

La Colina de las Cruces en realidad no pertenece a nadie, y por lo tanto, pertenece a todos. Ni la iglesia ni el gobierno lo reclaman, y la gente trae cruces por iniciativa propia. Está mantenida por el municipio de Siauliai y los monjes franciscanos locales y para algunas personas es un lugar de contemplación y oración. Para otros, simboliza el desafío y la resistencia en los tiempos más oscuros de la represión soviética.

Cómo llegar a la Colina de las Cruces

El lugar se encuentra a unos 12 km al norte de la ciudad de Šiauliai, en el norte de Lituania y no hay una conexión buena de transporte público con autobuses desde la capital de Lituania, Vilnius, por lo que lo habitual son las excursiones organizadas.

Tours y excursiones a la Colina de las Cruces

Mapa de la Colonia de las Cruces